Sare – Embalse de Leurtza //
Comienzo el día de mi 41 cumpleaños perdido en medio de una montaña que separa España de Francia, en Navarra. Lo que ayer pensaba que iba a ser un pequeño paseo por un camino de caballos desde Sare hasta Zugarramurdi, se ha convertido en una pequeña pesadilla. Una vez al otro lado de la montaña, en lo que suponía que ya era la parte española, comienzo a seguir algún camino que no cruza el monte, sino que lo perfila. Vallas y torres de vigilancia me recuerdan otros tiempos como si fueran fantasmas. No llevo mapa, y la batería de mi móvil se está agotando. Aunque llevo agua suficiente y hay montones de riachuelos, no he desayunado nada ni llevo comida. Una vez que sé que estoy perdido, pienso que lo mejor sería tomar cualquier camino que me lleve a cualquier lugar habitado ¿pero cual?.
Lo peor de andar perdido es tener que cargar con la bicicleta, incluso monte a través en algún momento. De repente, me encuentro a un hombre que me indica como volver a Sare, es la única persona que veo en toda la mañana. Decido seguir las indicaciones de este «ángel» y enseguida llego al punto de partida y retomo el camino de vuelta hacia Sare. Aunque no exactamente porque en un momento dado me desvío y aparezco en una carretera. Paro a un coche y una pareja me dice que estoy en la carretera que conduce a las cuevas de Sare, muy cerca de ellas. Aunque me hubiera gustado visitarlas, es más fuerte mi deseo de llegar a una población, comer algo y sentirme de nuevo en el camino, así que siguiendo las indicaciones de otros conductores, me dirijo hacia Sare. No tardo mucho tiempo en darme cuenta de que no estoy volviendo a Sare sino hacia la frontera con España. Después de un rato largo pedaleando llego a lo alto de una montaña donde hay un gran cartel que dice «Navarra» y una casa-comercio-bar, en donde puedo comer algo y orientarme de nuevo.
Desde lo que luego veo que es el Col de Lizarrieta, y mínimamente repuesto del susto y algo alimentado, bajo a toda velocidad por la NA-4400 al próximo pueblo, ya en Navarra. En Etxalar, como todo lo que necesito y me tomo un orujito con una pareja muy simpática que me indica como llegar al Bidasoa. La tarde será un remanso de paz por la ruta verde del Bidasoa. Paso los pueblos de Berrizaun, Sumbilla y llego a Santisteban-Donetzebe, en donde compro comida para continuar viajando. De ahí tomo la NA-4040 que me conduce a Urrotz, por donde pretendo pasar la noche. Desde el pueblo, subo unos poco kilómetros hasta llegar a los pantanos de Leurtza, en donde pasaré una buena noche entre caballos y estrellas.