Puente La Reina – Logroño
Esta mañana, después de hacer un poco de Chikung bien prontito, se me cae un poco el alma a los pies cuando veo en la cocina tres grandes bolsas de basura llenas de desechos plásticos hasta arriba, que evidentemente no van a ser reciclados. Pienso que esto debe ser así cada día y me cuesta entender la poca conciencia de la gente por lo que implica el consumo en general y el consumo de plásticos en particular.
De Puente la Reina a Logroño voy haciendo ruta encontrándome con peregrinos con los que vamos compartiendo la experiencia del caminar. En el monasterio de Irache, ya casi al final del viaje, siento que he hecho algo especial con este viaje y me arranca un llanto de lo más profundo. En Los Arcos recuerdo cuando iba a las fiestas de adolescente. El tramo de Los Arcos a Viana es especialmente duro, con un potente sol de mediodía y sin parar de ascender, aunque luego vendrá la bajada. La sensación de entrar en Logroño de esta forma es muy curiosa, muy nueva y estimulante, como un bautismo.